Reinventamos una pieza que históricamente solo servía para ver si el precio de la pechuga de pollo había bajado. Ahora se cuentan historias y se ha convertido en una revista ¡que la gente lee!
Para es un placer arremangarme y pintar animalitos con spray, crear monstruos, cortar y pegar papelitos de mil colores, o hacer tornados de mortadela que te dejan con la boca abierta.
Los catálogos de supermercado han dejado de ser aburridos.